Lave bien las frutas y bayas. Puede usar cualquier variedad de manzana, pero deben ser menos ácidas para asegurar un sabor equilibrado.
Clasifique el espino amarillo. Retire las bayas deformadas, arrugadas o dañadas y deseche los tallos. Cubra el espino amarillo con agua, luego enjuáguelo y escúrralo. Repita este proceso varias veces.
Coloca el espino amarillo en una cacerola. Lava bien las manzanas con agua corriente y córtalas en cuartos (retira el corazón y las semillas). Si las compraste en el supermercado, tendrás que pelarlas.
Pon el azúcar, el ácido cítrico y las manzanas en una cacerola. Luego, añade agua tibia, coloca la cacerola al fuego y deja que hierva.
Una vez que la compota hierva, reduzca el fuego y deje que la bebida hierva a fuego lento durante otros 10 a 15 minutos.
Una vez que las bayas de espino amarillo y las rodajas de manzana hayan cedido todo su aroma y sabor a la compota, apaga el fuego.
Esteriliza varios frascos al vapor y haz lo mismo con las tapas.
Deja que la compota se enfríe un poco. Luego, viértela en frascos y cierra bien las tapas con las roscas o una llave inglesa. Espera a que el contenido de los frascos se enfríe por completo y guárdalos en un lugar fresco y oscuro (como una despensa). También puedes guardar la compota en el refrigerador.
La compota de manzana y espino amarillo se puede servir fría o caliente. La bebida conserva sus propiedades beneficiosas y gustará tanto a adultos como a niños.